René Descartes

Uno de los acontecimientos más destacados del siglo XVI fue la ruptura de la Cristiandad y el surgimiento de sectas protestantes. Este movimiento conocido como la Reforma, fue iniciado por Martin Lutero en Alemania cuyo pensamiento reformista se fue desarrollando en la doctrina cristiana y la organización de la Iglesia configurando un nuevo dogma protestante frente a la religión católica.

 

Lutero se negó a renunciar a sus reformas frente a la insistencia de la Iglesia, más tarde, firmó la excomunión en 1521 a través de una bula papal. En este sentido, uno de los avances significativos del protestantismo  es la Contrarreforma, que fue la revisión de los dogmas. Aunque el luteranismo se extendió sobre todo por Alemania, Inglaterra, Países Bajos y Francia, el Papa no pudo impedir el éxito de éste en determinados sectores de Europa y la cantidad de textos escritos por Lutero tras su excomunión.

Estas guerras de religión enfrentaban a los defensores del orden tradicional y los ideales de la Contrarreforma, representados por la casa de los Austrias, que fueron la alemana y la española, y partidarios de nuevo orden apoyados en Francia.

 

Por último, las consecuencias respecto a la cultura son la imposición de la religión a la cultura. En países donde predominó el protestantismo, se extendió la libertad de pensamiento. Mientras, en los países católicos, la religión ejerció un papel represor y generó un clima de intolerancia y falta de libertad de pensamiento.

 

Es importante destacar también a Descartes entorno a la relación y diferencia que tenía con respecto de Martin Lutero, ya que, a pesar de haber luchado en la Guerra de los Treinta Años, que se dio lugar entre 1618 y 1648, primeramente con el bando protestante, del que Lutero era la figura representativa de este movimiento  y, posteriormente, en el bando católico, del que partió como base para crear su idea innata, sirvió a Descartes para tener una actitud de duda que le sería de gran ayuda a la hora de formular su método.