René Descartes

Entre los factores que condicionaron el devenir filosófico en el siglo XVII, se encuentra el triunfo de la Revolución Científica  gracias a Copérnico, Kepler, Galileo y, más tarde, Newton. Además, cabe añadir que se constituye en continua crítica a la filosofía medieval, basada en el aristotelismo, sin embargo, había que ir con cautela porque no estaba bien visto romper con la tradición y ser un innovador, sobre todo, dentro del plano religioso.

 

Descartes se presenta como un reformador de la filosofía o la ciencia, pero siempre con prudencia a la hora de exponer sus conocimientos y su método.

 

A partir del descubrimiento de los clásicos griegos, el pitagorismo y el platonismo han contribuido enormemente al resurgimiento de la ciencia. También la artesanía para mejorar la producción y el interés por descubrimientos técnicos a partir de los cálculos y experiencias de Galileo o da Vinci, son causas que conducen a la revolución científica. Esta nueva ciencia, asumirá el método matemático teniendo en cuenta la razón humana, que posee verdades innatas que se obtienen desde siempre para hacer de la filosofía una ciencia estricta.

 

De esta manera, se encuentran una serie de consecuencias dentro de la filosofía, como son la desconfianza para interpretar la realidad de intuiciones, aunque, al mismo tiempo, aumenta el hecho de observación, experiencia y necesidad empírica. Otra de las consecuencias, es la consideración de las matemáticas para proporcionar lo máximamente real, además de aceptar supuestas hipótesis no discutidas, que, tal y como rechazó en la antigüedad Platón, solo han de ser consideradas como lo que son, es decir, supuestas hipótesis que se han de perfeccionar para obtener verdad. Estas tesis encontrarán una oposición radical en el empirismo británico cuyos representantes más destacados son Hobbes, Locke y Hume. Además, el método de Bacon pretende conseguir fórmulas físicas, aunque no conoce la importancia matemática y se aleja del método de Descartes.